Así comienza "La historia de un Ginja"…
Para que quede claro desde el principio de esta historia, solo existen dos tipos de guindas: las malas (que incluyen las regulares y las más o menos) y las genuinas, que son cada vez más escasas.
¿Qué los diferencia de todos los demás?
Además de la calidad de sus ingredientes, son las historias y experiencias las que los componen. Entonces, cuando esté bebiendo una cereza ácida real, sepa que está probando un trozo de vida, o más bien, muchas vidas.
La idea de producir cerezas no surgió de la nada, o por casualidad, fue un proceso largo, como lo es la vida, e involucró a muchas personas y episodios.
Hace muchos años, de cuento en cuento, de parodia en parodia, de conversación en conversación, una noche de reunión, "alguien", desde el fondo de la mesa, se acordó de preguntar:
- “Oh Alentejano, tú que tienes la costumbre de ser ingenioso, ¿por qué no elaboras esa guinda como debe ser?”
Ese “alguien” se llamaba Francisco de Santo António, nombre que eligió cuando, como Hermano de la Penitencia, se incorporó a la Orden de San Francisco de Asís.
El “Alentejano” era un niño curioso, todavía un poco incipiente y buscando su lugar en esta vida, pero un amigo para acompañar a los mayores y lleno de historias que contar.
Estas dos “grandes figuras” nunca se les habrían pasado por la cabeza cuando se conocieron, en una cena con amigos, que, a pesar de su diferencia de edad, mayores de treinta años, nunca se separarían.
Sus vidas tuvieron altibajos, a veces más cercanos, a veces más distantes, pero lo cierto es que crearon una amistad tan sólida y profunda que duró hasta el día en que Fray Francisco decidió irse a su pueblo natal a morir, dejando el Alentejano ”. un legado enorme, una receta conventual ancestral de Ginjinha.
El Alentejano se compromete no solo a producir guindas respetando la fórmula original, sino también a plantar guindas en su tierra.
… Muchos años después, finalmente se cumplió la promesa, el “Alentejano”, ahora mi esposo, junto a mí, plantamos nuestro propio ginjal y legalizamos este proyecto creando y patentando esta receta divina que cobró vida a través de la marca “Ginja Conventual Franciscana ”.
Te invitamos a degustar este néctar único y “saborear” la historia de nuestro Ginja.
Suzana